lunes, 8 de abril de 2013

Udaberri fest 1.0 (La Crónica)

Da mucha pena pertenecer a una generación perdida y tristemente desinteresada por todo lo que huele a cultura. Da igual que nos la pongan en bandeja, que sea gratuita, que hablemos de Música, de cine, de poesía o de teatro, la mayoría de los jóvenes muestran indiferencia ante el alimento más consistente de nuestras mentes y esa apatía, personalmente, me entristece profundamente.
Pero a pesar de la ausencia de gente de entre 20 y 35 años en los conciertos, la primera edición del Udaberri fest (versión grupos locales) fue un auténtico éxito. Evidentemente, como todo nuevo proyecto tuvo algunos fallos de previsión y organización que la experiencia subsanará (esperemos) en las próximas ediciones: el tiempo no acompañó, la información de los cambios derivados de la lluvia creo cierta confusión, los horarios (intuimos que por culpa de los que solo piensan en el negocio) solaparon las actuaciones de grupos y nos dejaron con las ganas de ver a algun@s de los integrantes del cartel y echamos de menos la presencia de algún representante de las instituciones locales en alguno de los conciertos, pero bueno: todo no se puede...
Si por algo se han caracterizado estos 3días de música ha sido por la variedad.
La primera parada del tren del recital, nos llevó a la plaza del Pilar, habitual centro neurálgico de los adictos a los pintxos de Zarautz, con un concierto de blues y puro rock & roll, protagonizado por Bluestock, en el que la buena música se  mezcló con los vinos, zuritos y una dosis de gastronomía minimalista como complemento a los acordes que salían desde el escenario improvisado de debajo de los porches. Los Zarautztarras, con nuevo batería, sonaron contundentes y contagiaron el ritmo pegadizo de sus temas a los pies derechos de los portadores de copas. Da gusto ver que los niños no necesitan un columpio, ni el móvil de sus padres para entretenerse. De hecho, fue un auténtico placer ver sus caritas de gusto en consonancia con el bailoteo rejuvenecido de algunos de los jovencitos de treintaypico que recuperaron la esencia de esos tiempos pasados que Jorge Manrique se empeñaba en decir que fueron mejores. Además tanto el cantante del grupo, como su eterna acompañante a los coros, ganan bastante alejadas de los sonidos repetitivos deVan Popel (pero éso ya es otro "cantar")
Nos apenó no poder ver a Paul San Martin y su piano exhibición habitual. Y, por desgracia, llegamos tarde a ver a the Back Tracks y degustar esa magnífica selección de versiones que tantas veces nos han hecho gozar en el Altxerri, aunque algún destello de su clase musical sí que llegamos a catar... 


Y con el hambre y los vinos se nos olvidó que el niño bonito del pueblo, Makala, tocaba con su Jazz Funk band en el malecón. Los que estuvieron por allí nos dijeron que no decepcionaron. Nosotros, evidentemente, somos unos enamorados de la música del simpático experimentador y de los ritmos y el buen rollo que ahora comparte con una banda a la altura de sus composiciones. Prometemos no perdernos el siguiente concierto y esperamos que nos perdonen el retraso, porque seguro que a ellos también se les ha ido el santo al cielo, alguna vez, poteando por los bares de Zarautz. 



Y para cerrar el viernes, también tuvimos que tomar la difícil decisión de elegir entre Urko Menaia y Perlak. Lo cierto es que al cantautor donostiarra lo hemos visto en otras ocasiones, que el cuerpo, después de unas cuantas cervezas, nos pedía movimiento y, como somos tan amantes de las rarezas,  la condición de debutantes del grupo de bellezas que tocaban en el Kupela, nos hizo decantarnos por el punk new age de las chicas. Además con el estres almodovariano digno de las mejores escenas de "mujeres al borde de un ataque de nervios" que se respiraba en el preconcierto, nos dejamos engañar para ponerles el sonido, así que lo pasamos mejor que bien recuperando esa esencia perdida del rollo cure ochentero mezclado con reivindicaciones varias, sintetizadores y distorsión. Fue la mejor escusa posible para cambiar la birra por el cubata y tras un concierto de apenas 45minutos se montó allí una sesión Jam espectacular que culminó una tarde noche magnífica.
Con la resaca típica de las buenas noches, nos acercamos a la zona de Aritzbatalde a seguir degustando pequeños placeres musicados. La coordinación del segundo día fue algo mejor y pudimos disfrutar de casi todos los conciertos, eso sí, pegándonos unas caminatas de aúpa para llegar a tiempo.
Soul Kitchen abrió la veda. El escenario no era precisamente el más indicado y resultaba algo estrambótico ver al dúo bilbaíno acorralado entre dos bidones de cerveza, la televisión con el partido de fútbol y una máquina de tabaco. Pero por otro lado, ese divertido hecho, hacía que la gente que allí se agolpaba ganara cercanía con la magestusa selección de temas que nos regalaron. De hecho "parafraseando" al nombre del grupo vimos medio concierto desde la Kitchen del Bar Ziaboga. Pero bueno,  compensarnos resultó tan sencillo como mezclar dos voces bien coordinadas, un poco de Bourbon y una sucesión de acordes guitarreros que, al cerrar los ojos nos llevaban de los 50 a la actualidad dependiendo de la canción que estuvieran tocando. Vimos la representación gráfica de un dirty man (de Joss Stone) encarnada en un txikitero pesado, a Sam Cooke resucitar en la voz de Susana, a los Beatles influenciando las risas que a los presentes se les dibujaban cada vez que la cuadratura del círculo de voces nos ponían los pelos de punta, descubriendo que Frank Sinatra dejó hij@s sueltos por todo el mundo... incluso Jorge Drexler y Mclan se pasaron a vernos y los Zeppelin, y Madeleine Peyroux... no hace falta tener mucha imaginación para experimentar lo bien que lo pasamos y más cuando nos hicimos con una copia de la nueva maqueta que han grabado esta mitad del grupo Kit Kat.
Sin tiempo para despedirnos corrimos hacia el Marea Gora con la pena de perdernos el concierto de Oreindik...


Pero es que en el Malecón tocaba uno de nuestros grupos favoritos: Low Riders; que para cuando llegamos habían transformado un bar de House y musiquita de radio fórmulas en una taberna del viejo Oeste. Y ante gente de veintimuchos, los checoyeslovacos de la costa Urola nos ofrecieron un repertorio muy bien cuidado con temas de lo más variado. Versionaron desde canciones de Bob Dylan, a temazos de Depeche mode pasando por la Velvet, música de los cincuenta... con gorritos de cowboy y botas de rockero en una interpretación magistral con la extraña armonía de juntar notas con sonidos sutiles con la distorsión y el delay justo, con la violencia desatada con que Marek, el cantante,  exprimía las cuerdas de su guitarra. Inevitablemente bailamos mientras el sol se ponía a través del cristal y el country del cajón flamenco tocado con escobillas y los bajos setenteros interpretados con maestría por uno de esos bajistas excelentes que se divierten tras el anónimato de los bafles nos hacían olvidar cualquier atisbo de problema que pudiera cruzarse por nuestras cabezotas. Por cierto, que el viernes que viene repiten en Zarautz, esta vez en el Barley...
Y para completar el día, nos pasamos por el último concierto, el que sin saberlo iba a resultar el descubrimiento del festival. Fue una pena que debido a la lluvia y a la falta de comunicación, sólo unos cuantos tuviéramos la suerte de disfrutar de una de las voces más prodigiosas que he escuchado en años. Pero no hay mal que por bien no venga y las tablas de Bego, la cantante, hizo que los allí presentes no perdiéramos la sonrisa ni un momento, ni ese punto "gallina de piel" que se nos ponía cada vez que siguiendo las notas de piano de su acompañante iba desgranando un repertorio soul & slow con temas de Etta James, una parte del eterno debate Beatles/Rolling abierto en canal, "el stop this world" de Diana Krall, algo de Dinah Washington, Mike Ness e incluso el "someone like you" de Adele con el coro improvisado del público. Nos quedamos con las ganas de ver como sonaba toda esta maravilla con el tercer integrante del grupo (un guitarrista) y nos hubiera encantado que los dueños del bar no hubieran cortado tan pronto el conciertazo; pero bueno, seguro que volvemos a verlos en no demasiado tiempo. 


Lo mejor del día fue que tras los conciertos, la mayoría de los integrantes de los 4 grupos que tocaron aquel día, el organizador del evento y algunos músicos más de Zarautz se reunieron para tomar una cerveza y saciaron parte de nuestro apetito cultural con puestas en común de problemas alrededor de la música, costes... y sobre todo lo que aporta formar parte de este mundo maravilloso.

Por último, el domingo notamos el cansancio acumulado y el concierto de mediodía de Skater pelox Band nos quedaba lejos. Nos reservamos para nuestro grupo fetiche: Syrah; aunque ello, una vez más por la mala organización de los horarios, nos costara perdernos el plato fuerte del fin de semana: Lauroba.


Nos gustó asistir a la escena de compañerismo que hizo que uno de los componentes de  Syrah solucionara los problemas técnicos que, el grupo que les iba a quitar gran parte de público estaba teniendo (para que luego dicen que la solidaridad entre grupos no existe), y fue un placer ver a una fila de niños de apenas tres o cuatro años observando con sorpresa como los donostiarras montaban y probaban los instrumentos y el sonido en la plaza del pueblo. A lo mejor, la siguiente generación no es tan ceporra como la nuestra (Ojalá)
El caso es que nos entró muy bien esa sesión de poesía musicada que cerró tres días de música que much@s agradecieron;


 al fin y al cabo, devolver la cultura al lugar del que proviene: la calle, hace que la esperanza porque el mundo retome la comunicación artística, se mantenga viva. Esperemos que la experiencia haya sido positiva, también, para los organizadores, que algunos bares (sin experiencia en esto de organizar conciertos) hayan aprendido tanto como la gente de los grupos que han tocado, que se organicen muchas cosas como estas, y que el respaldo de los fotogénicos de cultura parcial sea un poco mayor.

PD. ¡Viva la música (sea del estilo que sea)!

7 comentarios:

  1. Muy bien dicho. - borracheras y móviles y + cultura.

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  2. Como jovencito de trentaipico me ha encantado la iniciativa y espero que se repita (Antton)

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  3. y comparado con alaska y rosario flores no hay color (otra vez antton)

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  4. Euskaraz idatziko bazenu hau dena hobe.

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    Respuestas
    1. Euskerara tzuli nahi baduzu gure baimena daukazu. Euskaraz gauza asko egiten dira azkenaldi honetan eta guri ondo iruditzen zaigu baina gure irakurleak, batez ere, erderaz bakarrik dakite.
      Halere, eskerrik asko zure proposamenagatik :)

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